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  • Redacción

Alfaro: su talante autoritario y su fracaso en la lucha contra COVID-19 lo arrinconan

Su pésimo manejo de la pandemia, sus declaraciones desatinadas y su autoritarismo, calificado de “dictatorial”, le han merecido una amplia desaprobación entre la ciudadanía.



El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, es uno de los personajes políticos que ha querido aprovechar la coyuntura de la emergencia sanitaria de COVID-19, para buscar protagonismo en la agenda mediática. Sin embargo, se ha ganado el repudio de un amplio sector de la población mexicana, frente a su pésimo manejo de la situación, sus declaraciones desatinadas y su autoritarismo, calificado de “dictatorial”.


Ante su afán por contradecir y atacar constantemente al presidente Andrés Manuel López Obrador para ganarse un lugar en la opinión pública, el mandatario jalisciense alcanzó extremos que ya lo ubican incluso más a la derecha que el PAN.


Primero insistió en derrochar más de 20 millones de pesos para comprar miles de “pruebas rápidas”, a pesar de no ser avaladas por ninguna autoridad sanitaria nacional o internacional, como la Organización Mundial de la Salud (OMS). Eventualmente, se demostró la poca eficacia de estas pruebas, al punto que el gobierno de Inglaterra anunció que buscaría un reembolso de los recursos que gastó en millones de éstas, tras comprobar la imprecisión de sus resultados.


Cabe recordar que, en menos de 16 meses, su gestión ya endeudó a Jalisco por 7 mil 450 millones de pesos, lo que equivale a un aproximado de 15.5 millones diarios.


Además, su desesperación por adquirir materiales tan poco confiables para la detección de coronavirus resulta especialmente sospechosa, luego que Hugo López-Gatell revelara cómo, en 2009, el gobierno de Felipe Calderón obligó a la Secretaría de Salud (Ssa) a comprar “pruebas rápidas” aunque no servían para detectar certeramente la influenza A-H1N1.


En segundo lugar, Alfaro fue calificado como “dictador” por sacar a la policía para reprimir a la gente que no puede llevar a cabo el aislamiento “voluntario” debido a sus condiciones económicas, quienes están recibiendo sanciones de hasta 36 horas de cárcel o multas.

Estas acciones, que vulneran los derechos humanos de la población, ya le costaron al gobernador diferentes protestas y 35 mil firmas respaldando la petición ante Change.org de realizar una consulta ciudadana y retirarlo de su cargo.


Su toque de queda, además, cae en desacato a las medidas de la Secretaría de Salud y del Gobierno Federal, que se oponen a recurrir al uso de la fuerza pública para que la gente permanezca en sus hogares, lo que podría implicar consecuencias legales en contra del mandatario estatal, como un juicio político por tomarse atribuciones que solo le corresponden al presidente.


Por su parte, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos y ex presidenta de Chile, Michelle Bachelet, declaró que: “los derechos de las personas en cuarentena deben protegerse, incluido el derecho al acceso a la alimentación y al agua potable, el derecho a ser tratados con humanidad, tener acceso a asistencia médica, el derecho a ser informados y a la libertad de expresión”.


Finalmente, Alfaro difundió un mensaje desde Facebook, en el que llama “pendejos” a quienes no han respetado la consigna “quédate en casa”, sin hacer distinción hacia las personas que viven al día, lo cual sigue desatando la indignación de la ciudadanía.

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